La vida da
¿Qué es la vida?
La vida se puede definir como la fuerza o energía que actúa en quien la posee. También podemos entenderla como la manera de vivir, pudiéndose relacionar con la vitalidad de una persona y está íntimamente relacionada con la temporalidad de las cosas.
Pensamos siempre en la vida unida al tiempo. Nuestra mente funciona creando espacios de vida para poder ubicarse. Decimos: ¿qué te pasó en esa época de tu vida? Así, recreo en mi mente lo que sucedió, viniendo el recuerdo de algo muy concreto, enmarcándolo desde la distancia. Lo encasillamos todo en espacios temporales.
Para sentir la vida habrá que poner consciencia en ella. Podemos ser espectadores de la vida o de los que, sencillamente la experimentan. ¿Qué puede representar esto? Que a veces nos quedamos mirando cómo viven los demás, miramos hacia afuera. Vemos y contemplamos el mundo que nos rodea, a nivel político, social o aún en nuestro círculo mas cercano. Y creemos que es eso la vida, lo que pasa alrededor. Como si fuese una serie de sucesos, circunstancias, que ocurren fuera de mí, igual que una película.
La vida está con cada uno de nosotros, la llevamos puesta y a veces no nos damos cuenta de ello. Creemos que con solo respirar ya puedo decir que estoy viva.
La vida que tenemos, ¿la he elegido yo?
Desde mi visión, tenemos la vida que podemos transitar y aprender de ella. Somos creadores de nuestra realidad, y todas las experiencias que atravesamos nos ayudan a concretarla y darle forma. Porque la vida está en cada persona y la moldeamos dándole la forma con la que estamos preparados para ello.
En parte construimos nuestra vida, estamos continuamente creándola, modificándola. Por lo que podemos decir que sí elegimos como queremos vivirla.
¿Puedo cambiar mi vida?
Si no nos gusta, entonces el cambio pasa por uno mismo y tu percepción del mundo. Si cambias esa visión, cambias tú con respecto a todo ello.
Sobre todo hay que ponerse unas gafas, gafas de amor: amor propio y amor incondicional. No parece difícil, ¿verdad?
Mi vida cambia en función de cómo la percibo.
¿La vida qué me da?
La vida es un misterio por descubrir. Se nos ha dado y ella es la que da continuamente. Es una inmensa fuente de energía. Me da la oportunidad de experimentarla, de poder abarcar un amplio abanico de posibilidades, opciones, emociones, situaciones. Todo al alcance de nuestras manos.
Siempre llevándonos todo esto al presente, porque la vida es estar en el ahora, que en definitiva, es lo que está vivo, es lo que tengo, puedo abarcar y actuar.
Me visto de presencia para estar en la vida.
Sentir o no la vida
Cuando hay una evasión de tu propia vida, tanto hacia adelante o como hacia atrás. No sentiré la vida cuando me enfoque continuamente en los recuerdos del pasado, para no estar en el presente o cuando viajo al futuro para hacer proyectos que no me traen nada para construir ahora. Cuando el enfoque de mi mirada se pierde y se desubica, entonces no me veo, no me siento. Esa desunión hace que no escuche mi corazón, porque anda perdido en los tiempos, no hay presencia. Me separo, me descentro, me disocio. Y no siento la vida.
Sentir la vida, es sentir su abundancia, es mirar con ojos infantiles cada momento como si fuese por estrenar. No es entrar en la costumbre de seguir respirando, de moverse por inercia.
Es de una riqueza tal, que a veces no sabemos digerirla. La vida hay que vivirla, experimentando, sintiendo, ir avanzando por ella y disfrutándola, aunque quizás no entiendas lo que sucede, ni el porqué. Pues hay cosas que se escapan a nuestro entendimiento, y no por ello hay que obviarlas, ni evadirlas.
Cuando miramos de frente a la vida, esta se despliega como un manto que nos envuelve y nos acoge. Teniendo experiencias que construyen, tanto las que consideramos positivas, como las que no los son. Todo es un aprendizaje continuo, una evolución constante de nosotros mismos.
Por lo que si sentimos la vida, esta desplegará muchos senderos para transitar y descubrir.
