Terapia vibracional | Inmaculada Roldán Hueso

Ver sin ver: el tercer ojo

Se ha hablado mucho del tercer ojo. Ese lugar entre nuestras cejas y colocado en la zona de las glándulas pituitaria y pineal. Llamadas las maestras porque rigen nuestro sistema hormonal, proporcionándonos equilibrio y bienestar.

Este tercer ojo sería un vórtice energético, el sexto chrakra. Su color es el violeta e irradia una energía directa.

Su misión dentro de los chakras superiores o espirituales, es abrirnos a la consciencia divina. Para ello nos aporta luz en las sombras. Nos da claridad mental y espiritual. La intuición está presente, y solo la persona es libre de seguir su estela o no. Los sueños se hacen muy vívidos y pueden aparecer viajes extracorpóreos en ellos.

Nos puede molestar mucho más la luz, aunque este ojo no dispone de conos y bastones como los otros que tenemos para ver el mundo.

Sería raro decir que se puede ver con más claridad si cabe. Pero lo que pasa es que no nos fiamos la mayoría de las veces, por miedo, por comodidad, por no ser lo que se espera. Hay un sin fin de prácticas que nos alejan de nuestra verdadera esencia, de lo más íntimo de nuestro Ser.

No dejamos que aparezcan esos golpes de intuición, corazonadas, de ver sin ver. Necesitamos constatar, tocar, demostrar. No nos fiamos.

Este chakra es poderoso, porque nos abre a un mundo desconocido, y eso da miedo.

Por eso hay que confiar, que si se nos aparecen todas estas opciones, podemos aprovecharlas para nuestro mayor bien.

Este chakra rige nuestro cerebro, con todo lo que ello conlleva. Armoniza los dos hemisferios que tenemos. Nos puede proporcionar un equilibrio entre nuestra parte lógica y racional, con la emocional y visual.

Si este chakra está bloqueado pueden aparecer problemas en la visión, dolores de cabeza y migrañas. Esto a nivel físico. En cuanto a nuestra relación con los demás ese bloqueo se presenta en forma de ceguera emocional, falta de empatía, inconsciencia, la no aceptación de cómo se es. Es la negación de verse y de ver a los demás.

El tercer ojo es el portador de nuestra sabiduría interna, esa que está en nuestro interior y a la que llegamos a través de nuestra intuición, junto con nuestro chakra corazón.

Nos aporta claridad a lo que nos rodea, ya que si está abierto nos ofrece consciencia y certeza. Es lo que llamaríamos clarividencia. Esa facultad para poder ver imágenes o episodios fuera del espacio tiempo que entendemos.

Nos da luz en nuestras decisiones y si seguimos su dirección pueden producirse episodios llenos de magia y conexión con todo lo que nos rodea. Sintiéndonos parte y todo a la vez.

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La semilla del espíritu se posa entre nuestros ojos para sentir un cosquilleo y despertar a lo que no se ve: lo no visible, pero no por eso menos real.

Nuestro tercer ojo es el faro que nos guía hacia la libertad de caminar valientemente con el corazón, a través de la intuición y con nuestro chakra corona abierto conectado a Luz.

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