Terapia vibracional | Inmaculada Roldán Hueso

La hora de los pájaros

Hace muchos años, me di cuenta de que en la ciudad había mucho revuelo a una hora determinada. Había cientos y cientos de estorninos en los árboles, que con sus cantos producían un sonido ensordecedor y que no dejaba indiferente a la persona que los escuchaba. Esa hora era al atardecer. Desde ese día, a esa hora la llamé la hora de los pájaros.

Pensé que cuando se va la luz, las aves buscan refugio en los pocos árboles que hay en la ciudad para recogerse y dormir. Todas juntas, como una gran familia que se reúne a la hora de la cena contando lo que les ha pasado a lo largo del día y luego se van a sus camas. Pues esto sería igual, pensé: se comunican de esa forma para buscar un sitio seguro y tranquilo, y con sus sonidos intentan expresarse antes de que el sueño les venza.

Los cantos de los pájaros, ya sabemos que son muchos y muy diferentes entre sí. Yo soy una gran desconocedora del tema, pero sí que estoy atenta a sus sonidos, aunque no sepa qué pájaro es el que canta.

La vibración de sus sonidos nos invaden a diario: en la ciudad y en el campo. Quizás el reto de los que nos desenvolvemos en ciudades es poder alcanzar y poder aislar sus sonidos dentro de una maraña de ruidos.

Durante el día también se escuchan los cantos de múltiples pájaros, pero ya no son los protagonistas del entorno sonoro. Ellos me aportan mucho dinamismo y alegría. Pero alrededor están otros muchos sonidos que los desbancan. Es difícil poder escuchar el sonido de los pájaros en la ciudad, porque todo lo que nos rodea es ruido. Ruido de los coches, de sirenas, del murmullo de la gente… todo parece que emite sonido y apenas puedes escuchar el silencio.

En la hora de los pájaros ese sonido es el principal, y todo lo demás es secundario. Por eso es tan peculiar, por eso es tan importante para mi destacarlo.

Es en ese momento cuando la vibración de miles y miles de pájaros cantan al unísono, en cualquier parte de una ciudad. Buscan zonas arboladas y será más fácil escucharlos ahí. Esos sonidos sin duda suben la vibración del entorno en ese preciso momento y ese es el preciado valor que tiene ese acontecimiento.

Hay otra hora de los pájaros. Es en la que también podemos escuchar sus sonidos, pero de una manera más sutil. Es cuando amanece. A esta hora es más difícil oírlos porque quizás estemos dormidos o estamos pendientes de prepararnos para lo que tenemos que hacer ese día.

Lo más fascinante es que otros pájaros cantan unas horas antes del amanecer, que son mis queridos mirlos. Es sorprendente que su sonido se escucha por encima de todo lo demás, porque en la noche a parte de la oscuridad ¡hay silencio!.
Y me he preguntado ¿Por qué los mirlos cantan en la oscuridad?

La hora de los pájaros, Terapia Vibracional, el Mirlo

En un estudio que se realizó en Leipzig, con 400 mirlos, por un grupo de investigación interdisciplinar «Loss of the night» (La pérdida de la noche), del Centro Helmholtz de Investigación Medioambiental (UFZ): estudiaron la relación entre la luz artificial y los niveles de ruido, para ver qué era lo que hacía que estas aves pudiesen llegar a cantar hasta varias horas antes de que amaneciese. Se llegó a la conclusión de que los mirlos necesitaban un nivel de silencio importante para que sus cantos se pudiesen escuchar y así no competir con el trepidante ruido del tráfico de la ciudad.

Los mirlos se despiertan tan pronto ¡para que se les escuche!

Su canto no es algo monótono y parece una pieza musical. Además siempre los escucho de manera individual, es decir que cantan estando solos, o por lo menos de uno en uno. Como si fuesen los vocalistas de un grupo musical. Seguramente habrá una razón para la comunicación entre los mirlos. Seguramente porque quieren hacerse notar, para que se sepa que están en ese lugar, en su espacio, en su territorio. Es algo obvio, ¡canto para que me oigáis!

Para la persona que escucha el canto del mirlo por la noche, es un momento muy intimo y mágico para los oídos. Su canto es rico en sonidos diferentes, la modulación sería muy armónica. Despertarse con esta musicalidad es algo tremendamente agradable y placentero. Empezar así el día es un regalo para los oídos, es tomar consciencia de un nuevo comienzo y nos aporta una vibración muy pura, que armoniza nuestros cuerpos y nuestras mentes.

Estemos atentos a las riquezas de estos artistas sonoros. La hora de los pájaros bien se merece una parada en nuestra ajetreada vida. La hora de los pájaros es un momento de alta vibración. La vibración del canto de los pájaros nos equilibra, nos sintoniza con lo presente y tomamos consciencia. Dejarse llevar por ella nos enseña que la sencillez y la armonía pueden estar encerrados en un golpe musical improvisado por un diminuto ser, y que nos puede hacer levantar el vuelo y volar.

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