
Mi gata yin yang
Me he encariñado con una gata callejera, la veo cuando voy trabajar. Ella es la representación en vivo del símbolo chino yin yang.
Como ya la conozco de hace algún tiempo, puedo decir que es mi gata yin yang. Su cuerpo está cubierto de pelo negro y blanco, de una manera asimétrica y equilibrada. Manchas negras y blancas de igual proporción. Siempre me mira con sus ojos verdosos recelosa y confiada a la vez.

Dentro del mundo de los símbolos, estos encierran en sí mismos un gran significado y a veces no sabemos su origen, simplemente los conocemos por tradición, costumbre o sabiduría coloquial.
Los símbolos tienen mucho poder, porque resumen en una imagen mucho contenido, incluso información milenaria y ancestral. Es por eso que deben ser respetados y considerados. Hay infinidad de símbolos, hoy os hablaré del yin yang de mi gata callejera.
Como imagen, la he tenido que explicar muchas veces en mis clases de dibujo técnico, como una combinación perfecta entre circunferencias, ejemplo de proporción equilibrada entre sus medidas geométricas.
Este símbolo chino, representa el equilibrio puro. Donde la dualidad está presente: blanco y negro, femenino y masculino, positivo y negativo, el sol y la luna… Esto nos hace pensar que todo está enfrentado a algo, por tanto creemos que hay separación en lo que vemos y experimentamos.

Sin embargo, en la imagen del yin yang la parte negra contiene un círculo blanco y la parte blanca un círculo negro. Interesante, ya que no todo es blanco o negro. No hay luz sin oscuridad, no hay noche sin día. Todo se establece en una proporción de fuerzas, en las que a veces aparecen unas, pero sin desaparecer las otras. Todo tiene que existir a la vez, ya que en el equilibrio está la certeza de lo que la realidad ofrece.
Todo forma parte de la totalidad. Todo existe a la vez y en la misma medida. Por lo que debemos encontrar el equilibrio entre las partes con el Todo.
Los trigramas del I Ching, el libro de las mutaciones, representan todas las situaciones de la vida, con las diferentes posibilidades y combinaciones de las líneas yin y yang. Por lo que en una noche oscura hay estrellas, e incluso luna.
A veces pensamos que las cosas son de una determinada manera, y nos falta perspectiva. Lo que sucede no es de una u otra forma, es lo que es. No hay una mala racha, al igual que no hay suerte. Somos creadores de nuestro proyecto de vida, pero somos inconscientes la mayor parte del tiempo.
Todos tenemos la misma misma esencia de dones y cualidades, pero en distinta proporción. Podemos tener más parte de unas que de otras. Los tenemos todos en nuestro poder, pero varía la cantidad en cada cual.
El equilibrio sería poder saber cuales son los dones que mejor podemos desarrollar, para poder compartirlos, expresarlos o darlos a conocer. La armonía sería interiorizar lo que no tengo del todo (nunca hay carencia), aceptarlo y potenciar aquello que sí puedo desarrollar.

Por tanto, la armonía no parte de la carencia, sino de saber qué dones o cualidades tengo que ofrecer, sabiendo que habrá otros que no poseo en la misma medida, y por mucho que insista no voy a poderlos ofrecer igual. Estar en paz consigo sería saber y conocerse, para poder sacar lo mejor que hay en mí y ofrecerlo a los demás.
Lo que se plantea aquí es que en una situación determinada podemos ver que la hemos ido construyendo, consciente o inconscientemente y si observamos con atención, veremos que en ella hay una enseñanza, un aprendizaje. Luz en la oscuridad. Yin Yang.

Mi gata lo sabe bien, ella es pura armonía y se acurruca en equilibrio con sus manchas negras y blancas.