
Arte y Consciencia: el Universo
Cuando miramos al cielo estrellado, nos quedamos absortos y enmudecidos ante la inmensidad de lo que contemplan nuestros ojos. Es una mezcla entre asombro, misterio frente a lo desconocido y nos empequeñecemos ante tanta abundancia incomprensible.
Por eso me resulta fascinante la forma en que se interpreta el universo, es una experiencia única y personal. Ya que no hay una imagen que lo pueda representar, ni contener, ya que es inabarcable e infinito.
Vamos a recorrer con una mirada, cómo nuestros antepasados entendieron la relación que hay entre el cielo y la Tierra, entre lo conocido y desconocido.

Empezaré por detenerme en el grabado tan interesante que aparece en el libro de Camille Flammarion: L’ Atmosphère: Météorologie Populaire (París 1888).
Esta obra anónima, ha sido muy comentada y analizada en una serie de interpretaciones, dándole un significado filosófico y metafísico.
Es una imagen ingenua y genuina que muestra a un hombre que atraviesa literalmente la bóveda celeste y accede a lo que estaría más allá de las lindes de la Tierra.
Abajo del grabado está escrito:
“Un missionaire du Moyen Âge raconte qu’il avait trouvé le point où le ciel et la Terre se touchent … “
“Un misionero medieval dice que ha encontrado el punto donde el cielo y la Tierra se encuentran…”
Deja atrás lo conocido: el sol, la luna, las estrellas, árboles, plantas, pueblos…
¿Qué es lo que encuentra? En el grabado parecen diferentes planos de nubes, planetas, rayos y una máquina en forma de rueda, como si todo formase parte de un engranaje perfecto.
El artista pone en valor lo que está más allá de lo que vemos e interpreta el universo a su manera, con una visión científica y de ingeniería. Todo supeditado a un orden que trasciende el espacio capa por capa.
Otra obra que me llama la atención, es una parte del tríptico «El jardín de las delicias» de El Bosco. Centrándome en la obra que cierra este trío: «La creación del mundo».
Esta apertura de lo que hay fuera, a lo que el artista creó dentro es un contraste enorme. El tríptico cerrado nos muestra una gran sobriedad, y silencio. La tierra es plana, pero la introduce en una frágil esfera transparente, separándola de lo que hay alrededor que es la nada o el vacío.
Los colores monocromáticos invitan a la reflexión y a la simplicidad. Los elementos que componen este mundo son vegetales, nubes, rocas y agua. Todo en orden y armonía, dentro de esa burbuja de protección, frente a lo que hay en el exterior.
En una esquina vemos a un Ser superior insuflando un rayo de luz a la escena, que observa lo creado. En ambas partes del cuadro está rotulada una frase, que dice:
“Él mismo lo dijo, y todo fue hecho, Él mismo lo ordenó, y todo fue creado”
La imagen que nos ofrece El Bosco, su idea de la creación del mundo es sencilla, y a la vez llena de belleza. La esfera como unidad nos dice lo hermoso que es lo que tenemos y hay que cuidar y proteger. Mas allá, en el espacio exterior está la divinidad que aporta esa energía creadora y da vida a la escena.


Buscando imágenes del universo, me he centrado en las que proporciona la NASA. Las fotografías astronómicas de los telescopios Hubble y James Webb son extraordinarias, de una belleza imponente e incluso parecen irreales o ficticias. La ciencia va de la mano del arte, ya que estas imágenes son retocadas por artistas digitales. Las señales de estos aparatos se traducen en datos y a partir de ahí en imágenes, que son tratadas con la paleta de colores de estos creadores.
Las imágenes nos ayudan a entender el universo, por eso lo que vemos es una mezcla entre datos científicos y arte. Ya que se deben tomar decisiones de cómo poder expresar lo recogido por los telescopios para que visualmente sea comprensible al ojo humano.
Esta imagen llamada «Los Pilares de la Creación», fue tomada por telescopio espacial Hubble de la NASA. Parte de lo que vemos está dentro de la nebulosa del Águila, que se encuentra a 6.500 años luz. La parte izquierda es de 1995, años más tarde se tomó una vista de luz infrarroja con el telescopio James Webb, que aportaría nuevos detalles e información científica. Los pilares se ven traslúcidos, no tan opacos como en la primera imagen, y se aprecia la formación de nuevas estrellas (los puntos rojos brillantes).
La inmensidad del cosmos es algo sublime, que inspira y nos sobrecoge.
Es una fascinación por lo desconocido, y que en muchos casos puede resultar hasta una fantasía, una ilusión.
Dentro de nuestra mente humana, no logramos alcanzar la idea de lo infinito. Nuestra mente separa y no entiende que formamos parte del cosmos y que esa infinitud también forma parte de nuestra esencia.