
Origen de los Cuencos Tibetanos
Los cuencos tibetanos son instrumentos de metal, que han llegado a nuestra cultura occidental desde relativamente hace poco tiempo. Algunas personas los conoceréis por sesiones de yoga o de meditación, o quizás no sepáis lo que son en realidad. Son objetos con una forma muy sencilla, pero encierran un gran potencial de sonido y vibración cuando se tocan.
El origen de los cuencos tibetanos es un tanto incierto, se sabe que se originaron en el Tíbet, de ahí su nombre: Cuenco tibetano, Bol tibetano o Tazón tibetano. Aunque también se le conoce por Tazón Cantador, Tazón Himalayo o Rin Gong.
Los cuencos tibetanos son instrumentos muy antiguos, que siempre se han relacionado con el budismo. Surgieron antes de que se consolidara esta religión en la zona del Tíbet, en una época donde estaban presentes las tradiciones antiguas del chamanismo Bön de Mongolia y de las influencias budistas provenientes de la India.
El budismo en el Tíbet se cohesiona con la llegada del rey Songstän Gampo al poder, en el siglo VII d. C. El cual tuvo dos esposas budistas de los principados de Nepal y China. Esto hizo que se nutriese de ambas culturas y mostrase interés por conocer mejor las enseñanzas de Buda. Es quizás que a partir de entonces, cuando los cuencos pudiesen ser utilizados en ceremonias religiosas budistas.
Al ser instrumentos metálicos, tenemos que saber que el conocimiento y uso de los metales procedía de China, y se podría remontar esta sabiduría a unos 2.500 o 3.000 años a. C., ya que sabemos que hay campanas de bronce con una antigüedad de unos 2.000 años a. C.
Fue a través de la ruta de la seda, que todos estos conocimientos, objetos y utensilios fueron expandiéndose por diferentes zonas, incluido el Tíbet.
Uso de los cuencos:
Parece ser que al principio el uso de los cuencos tibetanos era el de ser contenedores de comida y bebida. También eran utilizados en ofrendas rituales, lo que le confería al objeto en sí mismo de una gran relevancia, considerándose como algo preciado y que había que realizarlo con mucho cuidado, ya que su sonido era el del Universo.
Su uso derivó en algo mucho más profundo, que el de ser un simple utensilio doméstico o ser un simple contenedor.
Los cuencos tibetanos han estado presentes en los templos budistas, por lo que han sido creados para un mundo de oración y espiritualidad, es por ello que se cree que se utilizaban para entrar en estados meditativos por monjes tibetanos.
Es en la época de los años 60, que se vieron como objetos de gran poder curativo y sanador por visitantes occidentales a Asia. Estos viajeros los trajeron a occidente, en plena época de despertar espiritual, para así poder escucharlos, sentirlos y dejar que actuasen no como instrumentos musicales, sino como objetos de gran poder sanador y curativo, capaces de llevar a estados de relajación profunda a aquellos que los escuchan.
¿De qué están hechos?
En un principio se cree que estaban compuestos únicamente de bronce (estaño y cobre). Y que con el paso del tiempo se les fueron añadiendo más metales, creando como resultado una aleación de entre 7 a 12 metales diferentes. Estos metales están presentes en diferentes proporciones y son:
Oro, plata, mercurio, hierro, estaño, plomo y cobre.
Se ha llegado a relacionar los siete metales de los cuencos tibetanos con los siete chakras principales y con diferentes planetas:
- Oro con el Sol
- Plata con la Luna
- Mercurio con Mercurio
- Hierro con Marte
- Estaño con Júpiter
- Plomo con Saturno
- Cobre con Venus
Estos metales estarían presentes en los llamados cuencos tibetanos antiguos, de los que no se sabe cuánto tiempo tienen. Están rodeados de un gran misterio y secretismo, por no conocerse ni su procedencia, ni el uso que se les ha dado hasta llegar a nuestros días. Son instrumentos muy preciados y poseen un gran potencial sanador, ya que sus sonidos siempre son exquisitos y limpios, ricos en sonidos armónicos.
La mayoría de cuencos se han producido en el Tíbet, Nepal, India, Bután, China, Japón y Corea. Actualmente la mayoría se siguen realizando de manera artesanal en India y Nepal. Su proceso de realización es como antiguamente, por lo que su sonido y vibración son igualmente poderosos y beneficiosos para su uso en terapias.
Diferencia entre cuenco artesanal y hecho a torno:
En los cuencos artesanales para su creación se utilizan los cuatro elementos de la naturaleza: fuego, aire, tierra y agua. Por lo que el proceso está en armonía con la energía universal, al aunar las energías de los elementos vitales.
Después del proceso de fundición de los metales, se extiende la aleación y se le va dando su forma circular. A base de precisos golpes se van forjando su forma y su características muecas en su superficie. Lo que le confieren de una personalidad única a cada cuenco, con su propio sonido, forma y vibración. Se cree que las personas al golpear el cuenco entraban en un estado de oración y rezo, lo que le confería una intención en cada golpe, dotando al cuenco, desde su creación, un fin espiritual y trascendente.
Muchos cuencos están tallados y ornamentados, con diferentes formas y dibujos, tanto en el exterior como en el interior. Esto hace que el instrumento tenga una gran belleza.
En los cuencos fabricados con maquinaria industrial, el proceso es repetitivo y no intervienen todos los factores anteriores. Cada cuenco es idéntico al resto y no tienen las características de los del proceso artesanal. Estos cuencos son de latón normalmente, una aleación de cobre y zinc que es mucho más moldeable para las maquinas. Todo esto hace que su sonido no sea tan rico en armónicos como los artesanales, por lo que no serán tan beneficiosos para el uso terapéutico.
Los cuencos tibetanos por tanto son objetos de una gran belleza y sencillez, rodeados de una historia milenaria, relacionada con la espiritualidad y el sonido universal. Son portadores de sabiduría ancestral y junto con su poder sanador, hacen de estos instrumentos un regalo para quien los toca y los escucha.